Se reunieron en la casa de Urtubey en San Isidro.
Juan Schiaretti, Gerardo Morales, Rogelio Frigerio y Emilio Monzó participaron de una cena de alto voltaje político con sectores del peronismo y otras fuerzas que apuntan a «cerrar» la grieta.
Los gobernadores de Córdoba y Jujuy se reunieron con los diputados del PRO; los peronistas, Florencio Randazzo y Graciela Camaño; el intendente de Rosario, Pablo Javkin; y el radical chaqueño Ángel Rozas. En total se contaron nada menos que 132 diputados.
Los dirigentes se encontraron en la casa de Urtubey en San Isidro, donde comieron un asado que según los testigos cocinó el propio Urtubey.
El encuentro entre dirigentes de distintos espacios se había acordado durante la reunión que mantuvieron semanas atrás en Córdoba Urtubey con los gobernadores Schiaretti y Morales. Allí se plantearon la idea de empezar a dialogar con sectores que están por fuera de la grieta. El cordobés puso el nombre de Randazzo sobre la mesa y a partir de allí fueron sumando a los comensales.
La principal coincidencia fue la necesidad de salir de la lógica de la polarización y la importancia de construir consensos para salir adelante.
En concreto, adelantaron que este acuerdo “anti grieta” comenzará a verse con una mayor articulación entre los diferentes espacios en el Congreso. Aunque aclararon que por el momento no tienen en carpeta impulsar en conjunto ningún proyecto de ley en específico.
El encuentro también representa un fuerte mensaje político al interior de la oposición donde las tensiones entre “halcones” y “dialoguistas” suelen salir a la superficie regularmente. “Todos dicen que hay que ampliarse, esta iniciativa busca mostrar una dirección de hacia dónde debería ser esa ampliación”, explicaron desde el entorno de uno de los invitados.
“No tiene nada que ver con un armado electoral, pero sí con buscarle solución a los problemas de la gente, como la inflación o la falta de competitividad, desde un lugar que no sea la visión del kirchnerismo o de Juntos por el Cambio”, detalló uno de los dirigentes.
Además, señalaron que buscarán sumar a otros políticos de peso que compartan la visión “de diálogo”. Por el momento, no dieron nombres concretos de los próximos invitados. “La oposición tiene que tener un espacio transversal de encuentro para buscar puntos en común”, concluyeron.
La primera definición fuerte del encuentro es que en principio no se trata de un armado electoral, sino más bien un movimiento de acuerdos políticos que se podría traducir en el Congreso. La coincidencia general fue que es necesario desarmar la grieta y el confrontamiento constante en la política argentina. También acordaron continuar reuniéndose.
Uno de los datos fuertes de la reunión fue la inclusión de Monzó. La presencia del ex presidente de la Cámara de Diputados es significativa porque se da en momentos en que está en tratativas con Horacio Rodríguez Larreta para ser su jefe de campaña. Según supo la semana hubo un retroceso fuerte en la negociación, lo que generó preocupación en el entorno del jefe de gobierno.
Es que según dicen en el larretismo Diego Santilli ya no puede cumplir el doble rol de armador nacional y candidato a gobernador bonaerense, por lo que Larreta necesita una figura fuerte. Que se haya filtrado la negociación con Monzó también le quitó autoridad a los larretistas que estaban cumpliendo momentáneamente la función, Álvaro González y Eduardo Macchiavelli.
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